viernes, 28 de septiembre de 2007

Claro, ¡echémosle la culpa al licor!

sábado, 15 de septiembre de 2007

¿Será esta tormenta que hoy nos azota la misma que hundió sin piedad al Queen Mary Ann II?

jueves, 13 de septiembre de 2007

17 de Octubre de 2007...

Recuerde esta fecha, señorita Bety.

domingo, 9 de septiembre de 2007

Por el regreso, Harold.

viernes, 7 de septiembre de 2007

frontera isleña

Betita querida,

Qué alegría leer sus líneas, líneas que me acercan un poco de hogar a tantos quilómetros de distancia.

No le voy a mentir: yo no la extraño tanto como usted a mí, la frontera es un lugar de mucho trajín, muchas cosas oscuras y negocios fuera de la ley. Usted bien sabe que esa es mi debilidad. De todas formas la recuerdo esporádicamente, siempre con una sonrisa isleña asomando entre tanto cacao.

Si me lo permite, me despido dejando un beso en su mano.

jueves, 6 de septiembre de 2007

Querido Harold, la soledad isleña es buena consejera.

No puedo decir que no extrañara su humor, pero... ayer, cuando recorría nuestra isla en silencio, cuando usted, mi querido señor, se hallaba a millas de distancia de nuestro páramo, puedo decir que me invadió el drama isleño, la pasión isleña. Lady Catwick se hizo carne y sus imágenes... fueron tan matinales como este sol de setiembre...

Con la satisfacción que me significa un buen ensayo, y con la ilusión de saberlo interesado en las buenas nuevas de la isla, le dejo estas líneas y me despido hasta pronto. No deje de extrañarme ni olvide traerme souvenirs típicos.

Hasta pronto, mi Harold. Lo besa, Bety.

lunes, 3 de septiembre de 2007

Querido Harold, sé que estuve ausente de este, nuestro diario de vida isleña, aprovecho que sale de viaje para reivindicarme y trabajar duramente de ahora en más. Lo primero que quiero compartir con usted y con quien lea nuestro diario es una escena que nunca vamos a hacer del drama de Lady Catwick y el Capitán Seacrack. Lo besa, Bety.

Harold y Bety vestidos de calentadores y mallas. Bety lleva un tutú, Harold una casaca. Se llegan hasta la escena.


H: Es lo más teatral que encontré.
B: Estaba pensando, Harold, lo afortunados que somos.
H: Hemos decidido nuestro destino.
B: ¿Qué obra sugiere que ensayemos?
H: Me pasé toda la madrugada pensando en esto, la idea de la actuación…
B: Podríamos interpretar “la nochebuena y la pascua” de Robert Browning.
H: Permítame que sea un poco más clásico y no me conforme con tan poco. William Wordsworth es algo más “brillante”.
B: Y también hablará de Samuel Taylor Coleridge. No pienso representar un libro llamado “la rima del antiguo marinero”.

Los dos ríen.

H: Quizás sea hora de crear un drama isleño.
B: Que hable de nuestra soledad isleña. De nuestra pasión isleña. Pasión. Lady Catwick.
H: ¿Cómo?
B: No sé, salió de mí. Pasión, Lady Catwick.
H: ¿Qué dice, Bety?
B: Creo que es un personaje de una novela que me leyera mi abuela.
H: Me gustaría encarnar un héroe. Un héroe de los mares. ¿Me ve como un héroe de los mares, Bety?
B: ¿Y Lady Catwick qué sería?
H: Sea Crack. ¿Le gusta?
B: ¿Sea Crack? Me gusta.
H: Capitán Seacrack.
B: Recuerdo una velada en la mansión Sullivan…
H: Cuál es su nueva gracia, Bety, eso que dijo “Cambick”?
B: (Sonriente) Catwick, Harold.
H: No lo olvidaré, Bety. ¿Una vez más?

Los dos se ríen.

sábado, 1 de septiembre de 2007

Acéfalos

Sí, lo del título. Hoy es un ensayo acéfalo. Nuestro director con la excusa de un cumpleaños de 15 que no puede desatender nos dejó solos, como si para soledad no bastara la isla.

Ojalá vaya alguien que nos pueda poner la música, o que nos acerque una palabra de aliento frente a tanta desatención.